Cuando se cumple un año de mis primeros vídeos en el canal de YouTube de Eternalia y pasamos de las 5.000 reproducciones, me gustaría contar mi experiencia en este sentido. Lo cierto es que no se trata de un caso puro de VideoMarketing, ya que básicamente me he limitado a subir los vídeos de las apariciones de la empresa en Televisión y Radio. En este sentido creo que se podría mejorar, si me dedicase a gravar vídeos promocionales. Aunque la temática resulta bastante complicada, creo que se pueden hacer más cosas.
Como digo, no he usado ninguna cámara de vídeo, lo único que he hecho ha sido editar el material publicado en internet, extrayendo los contenidos que me interesaban y rotulando. No resulta demasiado complicado, si se utiliza un programa de edición de vídeo sencillo y se tienen ciertas nociones sobre el tema.
El diseño del canal de YouTube, tampoco es algo muy complejo, sobre todo porque YouTube no permite muchas modificaciones. Una correcta elección del nombre de los vídeos y su descripción, también ayuda a posicionar mejor esos vídeos.
Después de esta experiencia, creo que se pueden extraer tres conclusiones básicas:
- No hay que ser un profesional para subir vídeos a Youtube. Parte del éxito de esta web es lo fácil que resulta hacerlo. Si cientos de millones de personas lo hacen, no puede ser muy complicado.
- Los internautas están muy predispuestos a ver vídeos. Si 5.000 personas desean ver a un señor limpiando tumbas que, en principio, no resulta algo muy agradable, pensemos en los miles que están dispuestos a ver cosas realmente útiles y agradables.
- Cualquier Pyme o profesional autónomo puede tener su canal de YouTube y tener cierto éxito en cuanto a número de reproducciones.
Estoy seguro que el 80% de las empresas de este país, tienen posibilidades de crear vídeos con cierto interés y tener su propio de canal de YouTube, que seguro que tendría más reproducciones que el de Eternalia. Las relacionadas con el sector del turismo, deportes y entretenimiento, tienen un especial potencial en este sentido.
Pero la realidad es que actualmente son una minoría los que lo hacen y, aún menos, los que lo hacen de forma correcta.